Estamos a pocas semanas de cerrar nuevamente otra campaña y en Grupo Cencerro queremos que tengas algunos datos claves acerca de cómo están terminando los productores que hacen gestión esta 24 - 25, sobre todo poniendo el foco en la parte agrícola.
Con casi la totalidad de la cosecha realizada, solo queda algunos maíces tardíos y soja de 2°, actualmente estamos trabajando con los productores para llegar a fines de junio con los números bien claros para conocer si la campaña fue rentable.
¿Cuáles son las claves para hacer un correcto cierre de campaña agrícola?
En primer lugar es fundamental registrar todo los datos en planillas de excel o en un sistema para poder tener bien al día toda la información. Allí se deben encontrar las labores y aplicaciones realizadas en los diferentes lotes durante la campaña que abarca, en este caso, desde el 1 de julio de 2024 hasta el 30 de junio de 2025. Puede incluirse alguna labor previa a este periodo como la preparación de suelos.
En este trabajo es necesario contemplar que al momento de registrar los datos siempre hay que detallar qué labor se realizó (siembra, cosecha, pulverización, fertilización), su valor, campo en el que se realizó, la cantidad de superficie trabajada y el cultivo al cual se le realiza una aplicación. También hay que contar con una clasificación de los insumos utilizados, el precio de cada uno y hacer diferenciación entre fertilizantes (urea, fosfato, etc) y agroquímicos (herbicidas, fungicidas, etc).
Así es como se va cuantificando todo lo que pueda afectar en el costo por Ha del margen bruto.
Con el cultivo cosechado ya se tiene a disposición los rendimientos reales y el precio del disponible, lo cual permite avanzar sencillamente con el cierre de la campaña siempre y cuando los datos estén al día. Pero en el caso de que se hayan pactado ventas previamente a la cosecha, desde Grupo Cencerro ayudamos a nuestros clientes a conformar un precio final para poner en el margen bruto.
Con esto último el productor obtiene una posición comercial a partir de la cual vamos sacando un promedio ponderado de la cantidad de granos que tiene comprometidos y el precio del disponible, es decir, aquellas parte de la cosecha que no se comprometió a una venta.
Del precio ponderado se obtiene el precio final que corresponde al margen bruto. Por ejemplo, si se sembraron 200 has de soja, de las cuales se comprometieron 100 has a 310 USD por Tn y las restantes corresponden al disponible a un precio de 300 USD por Tn, el promedio ponderado entre esos valores será de 305 USD. Este último es el valor del precio por Tn que se debe poner en el margen bruto.
Teniendo en cuenta ese precio las empresas deben calcular los gastos comerciales donde juegan un rol importante las distancias a los puertos y las comisiones a corredores de granos. Esto es importante porque repercute en un costo que impacta directamente en el margen bruto.
Otra cosa a tener en cuenta son los costos de “sementera”, los cuales están conformados por labores, agroquímicos, fertilizantes y el precio final de la cosecha. Con estos datos la empresa podrá tener claro cuál será su margen bruto.
Con lo anterior ya realizado lo siguiente es calcular la rentabilidad final por cultivo contemplando esos costos de “sementera” y el rendimiento de indiferencia. Este último, recordemos, es la cantidad de producción que se necesita para cubrir los costos.
¿Y el costo de la tierra como lo saco?
El costo de la tierra puede calcularse de distintas maneras dependiendo de si se trata de un campo propio o arrendado. Analicemos ambos casos.
Cuando se trata de un campo arrendado, el costo es explícito y se corresponde con el valor del canon de arrendamiento pactado entre las partes. Ese importe debe imputarse como un costo directo en el análisis económico.
Cuando se trata de campo propio el análisis requiere incorporar el costo de oportunidad de la tierra. Este concepto hace referencia al ingreso que el productor deja de percibir por no arrendar su campo a un tercero y, en cambio, trabajarlo él mismo. Este costo no representa una erogación monetaria directa, pero es fundamental tenerla en cuenta para evaluar objetivamente la rentabilidad del negocio ya que tiene un impacto significativo en el margen bruto. Este criterio permite evaluar en igualdad de condiciones la rentabilidad entre distintos planteos agrícolas y cultivos.
Finalizando, una tarea que recomendamos a toda empresa es multiplicar el margen bruto por la cantidad de hectáreas asignadas a cada cultivo. Con esto se podrá conocer cuánta cantidad de dólares aporta cada cultivo al MB total.
Con este ejercicio toda empresa agropecuaria conocerá realmente si la agricultura fue un buen negocio para la 24-25. Dejando de lado al clima, los productores tendrán la oportunidad de conocer que se hizo bien o mal tranqueras adentro.
Y vos, ¿tenés claro esto en tu empresa?. No dejes pasar el momento y realizá bien tu cierre de campaña. Contactanos.
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