Este caso de éxito se centra en un productor del sudeste bonaerense, el cual ha conformado una empresa que a día de hoy cuenta con mucho campo propio y también con una importante cantidad de campos alquilados.
Sus unidades de negocio principales son la agricultura y la ganadería, donde realiza ciclo completo. Lo particular con esta empresa es que no tiene al campo como eje principal, sucediendo esto porque cuenta con otra actividad externa al agro a la que ponen más el foco.
Más allá de esto último, al momento de nuestro ingreso la empresa estaba realizando una gran inversión en el negocio agropecuario, motivo por el cual se daban muchos ingresos y egresos de dinero. Es por eso que este productor no tenía claro si la empresa tenía rentabilidad o no.
La necesidad del cliente nos obligó a realizar el análisis de control de gestión en las unidades de negocio. En primer lugar fuimos por la agricultura, donde notamos que hasta el momento estaba siendo rentable ya que la campaña 23/24 había dado muy buenos resultados y junto al equipo administrativo de la empresa armamos los presupuestos para la 24/25, donde los márgenes proyectados nos dieron saldos positivos.
Juntos, también analizamos la compra de insumos para que el productor pueda tener distintas opciones sobre la mesa y optar por la que mayor rentabilidad le podía dar. Esto lo hicimos porque notamos que anteriormente se venían realizando compras a proveedores muy concentrados, además de realizar un escaso seguimiento de las operaciones financieras que se efectuaban. Desde la empresa se adquirían insumos durante el año y se saldaban las cuentas al momento de la cosecha. No había una cotización comercial de las compras.
En lo que es ganadería, la cría mostró ser un negocio rentable para la empresa, más allá de hacerlo con magros resultados. Cuando vimos el engorde a corral decidimos hacer un seguimiento por tropa, permitiéndonos esto estar al tanto de qué grupo de animales entró, cuando lo hizo, su precio de mercado, el tipo de alimentación que se le dio y los ingresos generados por las ventas reales a frigorífico.
Con ese análisis en ganadería descubrimos un dato alarmante. Con el encierre de entre 10 y 12 tropas durante el año, se generó una pérdida de 100 mil USD en esa unidad de negocio. El haberle dado lugar a la gestión le permitió al productor identificar una enorme falencia en su negocio.
Por otro lado, este productor viene proyectando un plan para mejorar la infraestructura de los campos. Desde Grupo Cencerro nos tomamos el trabajo de analizar esta inversión que acabó por resultarnos un tanto ambiciosa para la actualidad de la empresa.
Nuestra conclusión fue que entre las inversiones de la campaña, junto a las de infraestructura, sumado a las importantes pérdidas en ganadería, se estaba destinando gran parte de la renta a solventar esos gastos y por lo pronto se decidió en conjunto discontinuar algunas inversiones para que el flujo de caja proyectado de la empresa siguiera dando positivo.
Con mucho esfuerzo, tanto desde su administración como de nuestro lado, esta empresa ha logrado conocer con claridad su realidad. Su dueño afirma que ahora sí cuenta con la seguridad de estar construyendo una empresa rentable gracias a la toma de buenas decisiones.
Este es un caso más, como tantos otros, de un productor que lleva adelante su empresa con una gestión improvisada y tomando decisiones en el día a día. La realidad marca que hoy quienes llevan adelante esa práctica son aquellos que más pierden en el sector agropecuario actual. Son miles las empresas las que en este momento están generando pérdidas y no lo saben.
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